Nos contaba un amigo diseñador que tras sus quince años de trayectoria profesional, su abuela aún creía que él se dedicaba a la pintura. Su padre, una generación posterior, dejó pasar largos años antes de hacerle la pregunta: y eso del diseño gráfico, exactamente ¿qué es?

Hoy en día la utilidad del diseño industrial, así como la de la arquitectura, está fuera de discusión: está claro que un diseño cuidado es esencial en una maquinilla de afeitar, en el edificio que aloja una estación de tren. En cambio, cuando preguntamos por la finalidad del diseño gráfico, nos encontramos con que el único valor percibido de esta disciplina es el de incitar al consumo. El diseño gráfico está presente en todos los momentos de nuestra vida cotidiana, pero se encuentra ausente del discurso público. Sólo en época reciente, con la entrada del diseño digital, se está produciendo una creciente toma de conciencia, y también una democratización del oficio. Pero aún hoy, aunque los trabajos de diseño son visionados por millones de personas todo el tiempo, el ciudadano de a pie no sabe nombrar un solo diseñador gráfico.

No es de extrañar. El diseño gráfico es una disciplina bastante joven, nacida en los años 50-60 del pasado siglo. Antes de eso, existían los llamados artistas comerciales. ¿Qué nos diferencia de ellos?

En nacher pensamos que para que el diseño sea relevante debe estar asociado con todos los sectores y trabajar conjuntamente, en un fluido diálogo; creemos que es necesario que la figura del diseñador-estrella sea sustituida por un servicio eficaz y real a las necesidades humanas, buscando mejorar nuestro entorno y expresando cómo podríamos o deberíamos vivir.

El diseño gráfico también debe abordar cuestiones de peso, como la sostenibilidad y el compromiso social. Esta dimensión se está poniendo de relieve crecientemente en la esfera teórica de la profesión, y poco a poco va alcanzando también la práctica cotidiana.

En palabras del diseñador canadiense Bruce Mau, el gran cambio no tiene que ver con el mundo del diseño, sino con el diseño del mundo.