No es una novedad decir que internet ha cambiado mucho la sociedad actual. Se ha producido un cambio cultural y social muy brusco en un lapso de tiempo muy corto, lo que podríamos definir como una revolución. Los avances son imprescindibles, pero lo deseable es que sean paulatinos y graduales. Los medios impresos, y principalmente las revistas, perdieron 11.151 empleos durante la crisis y 284 medios cerraron entre octubre de 2008 y 2013 según el Informe Anual de la Profesión Periodística 2014. Por suerte esta situación se ha estancado y durante este último año apenas se han perdido puestos de trabajo en el sector, por lo que el ajuste más traumático se ha producido en los años anteriores.
Con el nacimiento de la televisión todos pronosticaban la muerte de la radio, como en la conocida canción The Buggles, pero como vemos en el último índice de inversión publicitaria de 2015 sigue viva y coleando. El argumento principal de quienes piensan que la prensa y revistas se están muriendo lo basan en que los jóvenes no compran periódicos. Y tienen toda la razón, pero antes tampoco los leían, ni ahora los ven en internet. Quizás porque los temas que en ellos se recogen todavía no les interesan.
El paso del tiempo colocará a cada uno en su lugar. La transición todavía no ha terminado y los medios se han redimensionado (reducido) para adaptarse, pero todavía no han encontrado el equilibrio ni el producto que ahora se les demanda. No han puesto en valor sus puntos fuertes, su experiencia, sus profesionales, su método de trabajo… para ofrecer un producto que reenganche con la demanda. Se siguen utilizando viejas fórmulas para obtener resultados que no se corresponden con la realidad. Un ejemplo es el suplemento Tentaciones de El Pais, que ha renacido con el objetivo de obtener el mismo resultado que en 1993. Entonces era lo más y durante una década consiguió rejuvenecer el target de lectores El Pais creando una nueva generación de lectores acostumbrados a encontrar las novedades y tendencias en este suplemento que bebía de revistas como Ray Gun o The Face entre otras, y que han cerrado hace tiempo. Refleja un punto de desesperación y de falta de creatividad e innovación.
Las cosas no van a ser nunca como eran antes.
Empresas con plantillas de 200 o 300 periodistas en nómina serán excepciones. Hoy en día cuando piensas en tendencias y noticias de última hora no corres hacia el kiosco, simplemente, metes la mano en el bolsillo y sacas el smartphone. Por el contrario, si piensas en la prensa cuando buscas análisis, seriedad y reflexión.
Se ha perdido y se va a perder mucho por el camino, pero este año 2016 debería de ser un año estable para la inversión publicitaria en todos los medios. Quizás el crecimiento no va a llegar a los datos de 2015, pero si los politicos no rompen nada la previsión apunta a continuar en la senda positiva. El PIB crece más del 3%, el paro sigue en una cifra tremenda, pero ha disminuido mucho en los últimos meses; la confianza del consumidor está en máximos históricos y los índices apuntan hacia un crecimiento del 5%. Pero todos estos cálculos son anteriores a las elecciones y el resultado nos hunde en un mar de dudas.